viernes, 19 de junio de 2020

"El marranico de San Antón".Gustavo Romera Marcos

MIS PERLAS LITERARIAS 59
16-06-2020

He soñado con mi padre, que me daba las gracias, desde el más p’allá, por citar a su perra Cotufa en mi Perla 54; pero lo he notado como celosillo por haberle dedicado a mi madre la Perla 53. Para quitarle la pelusilla, me ha venido de perlas la anécdota que yo había olvidado y que me recordó, hace dos días, mi amigo Marcial García García, ¿coincidencia?, y que publicó, en 2003, en su libro “Ermitas y Cofradías”. La cito textualmente con su permiso.

En dicho libro (págs. 161/2) aparece la fotografía de la imagen de San Antón, destruida en 1936, que adjunto al final, y, a continuación, el siguiente texto:
Acabada ésta (la Guerra Civil), Don Juan el Párroco, conocido popularmente como “el Cura Abercoque” pidió a Sebastián Martínez “el Chumbo” una imagen de San Ignacio que tenía su tía, Corina Sánchez, en su casa del Porche de la Balsa. La imagen, que procedía de Nerpio (según Aremor) o de las que se chamuscaron en el incendio del Convento de San Francisco en el siglo XIX (según Sebastián) la tenía Corina en una especie de oratorio, profusamente adornada de flores frescas y secas. Como decíamos, la imagen de San Ignacio fue solicitada para procesionarla y presidir la función del 17 de Enero. Para ello fue necesario cambiarle el aspecto. El encargado de la operación fue Pedro de la Damiana, hábil y popular ebanista de la Villa, que ennegreció su aspecto, y la dotó de manos, libro y báculo, de tosca factura. A sus pies un no menos tosco cerdito. El vate local, José Romera del Amor, conocedor de la hazaña, enjaretó estas dos quintillas que recitó en las escalinatas, el día de la festividad, al bueno de Don Juan:
En mi vida he visto yo lo que he visto esta mañana:que el marrano de San Antón lo ha hecho el Pedro la Damianade recortes de un tocón.
Si con esto dan acción,a mí, se me cae el sombrero:que ni en tiempos de Sansón,San Ignacio, el verdadero, no puede ser San Antón. 
 -“¡Satírico”, fue el premio que recibió Aremor por su ingenio poético, del cabreado sacerdote.
P.D. 1 Recuerdo, aunque yo no había nacido aún, la boca cerrada de mi padre para ahogar la risa mientras el “Cura Abercoque” salía disparado escaleras arriba con la sotana remangada “luciendo las pantorrillas” en dirección a Santurce. He tenido a quien salirle pero no le llego ni a la suela de los zapatos.

P.D. 2 Tengo que contar otra “anérdota” de santos reciclados, totalmente verídica, porque si no, se perderá para siempre. Un día visitamos Otos mi amigo Marcial, precisamente, entonces Concejal de Cultura de nuestro Ayuntamiento, y un servidor. Allí, nos invitó nuestro común amigo Dionisio, entonces pedáneo, o “Gobernador de Otos” según le gustaba llamarse. En la conversación, Dionisio aprovechó para hacer una petición al Concejal:
-Marcial, mira a ver si el Ayuntamiento nos puede ayudar a comprar un San José, que no tenemos ninguna imagen. Es verdad que nos la prestan los de Benizar pero, como Santa Bárbara es una mujer, se nota mucho en la procesión. Si por lo menos fuera un hombre… (¿Era pa contarla o no?)

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