MIS PERLAS LITERARIAS 68
07-07-2020
UN RELATO DE MISTERIO REAL
El abuelo paterno de mi difunta esposa, moratallero de toda la vida, me contó hacia 1975, con sus ochenta años pero en plenas facultades mentales, este breve relato que reproduzco con sus mismas palabras, más o menos:
Volvía yo una mañana, sobre el mediodía, con mi burro cargado de leña del monte cuando, al final de la cuesta por la que yo bajaba, vi a mi padre sentado en una piedra a la orilla del camino. Pensé que me venía bien que hubiera salido a mi encuentro porque la carga del burro se había torcido y, entre los dos, sería más fácil enderezarla. Cambié la vista y, cuando volví a mirar, ya no estaba. Pensé que se había escondido para darme un susto y, al llegar al sitio dónde lo había visto, comencé a decirle en voz alta que no me iba a asustar porque ya sabía que estaba allí, pero no apareció por ningún lado.
Al llegar a mi casa, le dije a mi madre que había visto a mi padre en tal sitio pero que desapareció de mi vista y no lo volví a ver. Mi madre, al escucharme, rompió a llorar amargamente mientras me decía a media voz: “¡El papa se nos muere… el papa se nos muere…! ¡Pero no le digas nada de esto!”. Yo le pregunté que por qué decía eso y me contestó que mi padre había estado toda la mañana picando esparto en la casa de un vecino amigo suyo...
Aquella misma tarde, estando yo con mi padre segando alfalfa para unos novillos que teníamos, cayó muerto de repente.
P.D. Después escuché otros relatos semejantes en Moratalla, que confirmaban la antigua creencia del llamado en Psicología “desdoblamiento astral” en general; y, en este caso, en particular, de una persona horas antes de su fallecimiento.
Pido el mayor respeto al tratarse de un asunto tan serio y aprovecho para pedir también a mis lectores sus comentarios acerca de experiencias parecidas.
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