domingo, 24 de mayo de 2020

"El amor". Eduardo Galeano.

MIS PERLAS LITERARIAS 48

23-05-2020

Mi perla de hoy estaba muy escondida. He tenido que bucear en los profundos mares de América Latina hasta llegar a un arrecife coralino propiedad del escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015). Allí he encontrado una ostra llamada “Memoria del fuego”; la he abierto y, en su interior, había otras tres perlas iridiscentes; he elegido la titulada “Los nacimientos”. Dentro de ésta, a su vez, había docenas de perlitas en forma de cuentos, todas muy luminosas pero ésta desprendía un fulgor único, como el de su abrazo final.
EL AMOR

En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.

-¿Te han cortado? -preguntó el hombre.

-No -dijo ella. Siempre he sido así.

Él la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. Dijo:

-No comas yuca, ni guanábanas, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Échate en la hamaca y descansa.

Ella obedeció. Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando él le decía:

-No te preocupes.

El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en una hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca. Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba:

-¡Lo encontré! ¡Lo encontré!

Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.

-Es así -dijo el hombre, aproximándose a la mujer.

Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.

P.D. Os animo a que comentéis destacando algún detalle o aspecto. A mí lo que más me ha gustado es que la mujer "tuviera que apretar los dientes para no reírse", o sea, que ya sabía en qué consistía la cura, la muy picarona. Está claro que las mujeres, desde la primera pareja, siempre han ido por delante de los cierrabares...

No hay comentarios:

Publicar un comentario